miércoles, 6 de noviembre de 2013

Cuando las discusiones de los padres van demasiado lejos

Cuando las discusiones de los padres van demasiado lejos


A veces, cuando los padres discuten, hay demasiados gritos, chillidos e insultos y se dicen demasiadas cosas desagradables. Aunque muchos padres se comporten de este de modo, nunca está bien faltar el respeto a otros miembros de la familia, usar lenguaje degradante o insultante, chillarles o gritarles. En ocasiones, las discusiones de los padres van todavía más lejos, incluyendo empujones, lanzamiento de objetos o golpes. Estas cosas nunca son aceptables. Cuando las discusiones se convierten en peleas, pasando a las manos, significa que las personas que se están peleando tienen que aprender a controlar el enfado. Tal vez necesiten la ayuda de otro adulto para conseguirlo.
Los niños que viven en familias donde las discusiones van demasiado lejos pueden explicarle a otra persona lo que está pasando en su casa. Hablar con otros familiares, un profesor, el psicólogo del colegio o cualquier adulto en quien confíes sobre las peleas que tienen lugar en tu casa puede ser importante. A veces los padres, cuando se pelean, pierden tanto el control que pueden lesionarse mutuamente, y a veces los niños también reciben golpes. Cuando ocurre esto, los niños pueden informar a otro adulto sobre lo que ocurre en su casa para que alguien pueda ayudar y proteger a toda la familia.
Si en una familia hay muchas peleas, si algunos miembros sufren lesiones a consecuencia de las peleas o si los miembros de la familia están cansados de tantas peleas, pueden pedir ayuda. Los psicólogos y terapeutas familiares saben cómo ayudar a las familias a solucionar sus problemas, incluyendo las discusiones frecuentes y las peleas.
Los psicólogos y terapeutas familiares pueden ayudar enseñando a los miembros de la familia a escucharse entre sí y a hablar sobre sus sentimientos sin chillarse ni gritarse. Aunque puede requerir esfuerzo, tiempo y práctica, los miembros de una familia siempre pueden aprender a llevarse mejor.

¿Está bien que los padres discutan en ocasiones?


Discutir de vez en cuando puede ser saludable si ayuda a la gente a exteriorizar sus sentimientos en vez de guardárselos para sí. Es importante que los miembros de una familia sean capaces de decirse cómo se sienten y qué piensan, incluso cuando no están de acuerdo. Lo mejor de manifestar una discrepancia de pareceres es que, después, la gente suele comprenderse mejor y sentirse más cerca.
Los padres pueden discutir por distintos motivos. Tal vez hayan tenido un mal día en el trabajo, no se encuentren bien o estén muy cansados. Al igual que los niños, cuando los padres no se encuentran en su mejor momento, es más fácil que se molesten por tonterías y son más proclives a discutir. No obstante, en la mayoría de ocasiones, las discusiones se olvidan rápidamente, los padres se disculpan y hacen las paces, y todo el mundo se tranquiliza.

Familias felices y sanas


Ninguna familia es perfecta. Incluso en el hogar más feliz surgen problemas y la gente discute de tanto en tanto. Generalmente los miembros implicados exponen abiertamente lo que les preocupa y hablan sobre ello. Todo el mundo se tranquiliza y la vida vuelve a la normalidad.
Ser parte de una familia significa arrimar el hombro e intentar hacerle la vida mejor a los demás. Las discusiones suceden y no pasa nada. Con amor, comprensión y un poco de esfuerzo, las familias pueden solucionar casi cualquier problema.

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