En líneas generales podemos afirmar que los bebés que presentan un apego seguro exhiben una diversidad de otros caracteres positivos que no se encuentran en el caso de bebés cuyas relaciones de apego son de menor calidad. Una de ellas es la competencia cognitiva del niño. Muchos experimentos ponen de relieve la mayor capacidad de solución de problemas en niños con apego seguro. Igualmente serían más competentes socialmente, más cooperadores y obedientes.
Esto no significa, sin embargo, que los bebés con apego inseguro estén predestinados a tener problemas. En algunos casos, la experiencia en la guardería, puede ser beneficiosa y poner de relieve que, independientemente del nivel de apego, otras circunstancias del entorno pueden ser también relevantes en las competencias posteriores del niño. Aún y así, defendemos la importancia de establecer vínculos de apego satisfactorios, desde los primeros meses de vida, como situación idónea para minimizar muchos problemas posteriores.
Igualmente insistimos en el hecho de no confundir "apego seguro" con "sobreprotección". Lo primero supone una atención física y afectiva apropiada, estando vigilantes a sus necesidades pero, al mismo tiempo, incentivando su autonomía. Lo segundo supone establecer unas pautas excesivamente proteccionistas (no dejarle jugar con otros niños, evitarle las excursiones por miedo a que sufra algún daño, es decir, trasladar nuestro propios miedos al niño lo que le hará más inseguro). También aconsejamos evitar las actitudes muy tolerantes (acceder a todos sus caprichos, no marcarle hábitos en la comida u otras actividades, etc.).
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